Ingresó muy joven al monasterio de las Clarisas Capuchinas, donde vivió experiencias místicas únicas. Fue guía espiritual durante décadas y escribió un diario de más de 22.000 páginas, que hoy constituye un valioso testimonio de fe.
Santa Verónica Giuliani
Orsola Giuliani nació en Mercatello sul Metauro, en la región de Las Marcas, el 27 de diciembre de 1660. Última de cinco hijas, el 28 de octubre de 1677 ingresó en el monasterio de las Clarisas Capuchinas de Città di Castello, que había elegido expresamente por considerarlo el más adecuado para dedicarse a la búsqueda de Dios en el retiro, la pobreza, la austeridad y la penitencia. Recibe el nombre de Verónica
Desde su juventud, la acción divina se manifestó en ella en una sucesión de profundas experiencias místicas y fenómenos físicos extraordinarios que comenzaron cuando tenía solo 21 años, con el don de la corona de espinas, y culminaron el Viernes Santo de 1697 con la impresión de los estigmas. La comunidad le asignó la misión de maestra de novicias, que desempeñó durante treinta años, y el de abadesa, que ejerció durante los últimos once años de su vida.
En 1693 se le ordenó escribir un diario en el que recogiera fielmente todo lo que vivíaen su intimidad con Dios. Lo escribió hasta pocos meses antes de su muerte casi siempre de noche, en su celda, a la luz de las velas, nos dejó un tesoro espiritual de más de 22.000 páginas manuscritas, perfectamente conservadas en el archivo del Monasterio.
Murió el 9 de julio de 1727, a la edad de 67 años. Fue beatificada por el papa Pío VII en 1804 y canonizada por Gregorio XVI en 1839. Sus últimas palabras fueron: “Encontré el Amor, el Amor se dejó encontrar. ¡Díselo a todos!” En ella descubrimos a una mujer profundamente enamorada, que se dejó “condicionar” únicamente por su Esposo: el Crucificado resucitado. Verónica nos deja un mensaje fundamental e insustituible: redescubrir la centralidad de Dios, un Dios que se nos hace cercano y familiar en Jesucristo.
El Monasterio
Hoy, la misión de Santa Verónica Giuliani es continuada por la Comunidad de Clarisas Capuchinas presente en el Monasterio, destino de numerosas peregrinaciones tanto desde Italia como desde diversas partes del mundo. En la iglesia, bajo el altar mayor, se conserva el cuerpo de Santa Verónica Giuliani; en un altar lateral reposan los restos mortales de la beata Florida Cèvoli, confidente y compañera de Santa Verónica, beatificada por San Juan Pablo II el 16 de mayo de 1993.
En el claustro del monasterio es posible visitar el museo que alberga los recuerdos y reliquias más significativos de Santa Verónica Giuliani.
En el claustro del monasterio se puede visitar el museo que conserva los recuerdos y reliquias más importantes de Santa Verónica Giuliani. Para más información, visite el sitio web del Monasterio: www.santaveronicagiuliani.it.